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Las grabaciones efectuadas por los jazzmen americanos en Japón durante las últimas décadas, revisten unas excepcionales cualidades artísticas y técnicas que en Jazznoend, siempre nos han apasionado. Hace algunos meses, dedicábamos a este tema un programa especial en el que recorríamos algunos de los más destacados registros efectuados en aquel país. Con este nuevo programa, Radio Jazznoend inicia una serie de emisiones en las que periódicamente os ofreceremos la oportunidad de asistir a algunas de esas grabaciones legendarias. Y como no podía ser de otra manera, Chet Baker será nuestro primer invitado.
Ocurrió el día 14 de junio de 1987. Pudo ser una noche más en ese viaje a ninguna parte del Chet Baker crepuscular, de los últimos años de aquel icono de la tristeza y la desolación. Pudo ser una noche más de desencanto y tedio, esperando impaciente el final del concierto, un nuevo pinchazo en sus castigadas venas, y después a emprender de nuevo ese camino de la desesperación hacia la siguiente parada en su descenso a los infiernos.
Pudo ser una noche más pero esta vez ocurrió en Japón y como a menudo ha ocurrido en aquellas lejanas tierras, la magia se adueñó de nuevo de la música de Chet, recuperó por apenas unos instantes su significado, su inmenso lirismo. Fue un espejismo, una epifanía afortunadamente registrada en audio y vídeo.
La magia de Japón y la devoción de su público, obraron el milagro, aunque, desde una perspectiva más prosaica, el hecho de que las restrictivas leyes niponas, impidieran que Baker consumiera heroína durante la gira, contribuyó sin duda, de una forma decisiva, a aquella momentánea resurrección.
Solo unos meses separaban a Baker de aquella misteriosa muerte en un hotel de Bruselas, cuando aquel embrujo japonés abrió apenas, por unos instantes, una ventana que nos permitió vislumbrar, quizás por última vez, toda la belleza que albergaba su corazón atormentado. Os invitamos a disfrutar con nosotros de estos excepcionales momentos.